La digitalización ha transformado la base de todas las industrias, reescribiendo las reglas de juego y reestructurando los modelos de negocio tradicionales. No obstante, el sector que ha sufrido un impacto especialmente fuerte en este sentido ha sido el comercio minorista.
Existe la creencia de que las tecnologías aplicadas en este sector carecen de valor y no son fiables, suponen un coste muy elevado insalvable por lo pequeños comercios o que revisten de una complejidad tal que supone que sean descartadas por este tipo de negocios. Nada de esto es cierto, o al menos no en su totalidad. La velocidad de digitalización y el gran desarrollo experimentado por la tecnologías hace que sea más fácil que nunca su incorporación al pequeño comercio minorista y sea considerado como una opción viable.
Ventajas
Las ventajas que ofrece su implementación abarcan diferentes áreas de negocio: logística, marketing, ventas y operaciones en tienda, entre otras. Si nos centramos en los beneficios que pueden aportar en el entorno COVID generado por la pandemia es importante destacar lo siguiente:
- Dotan a los negocios de la capacidad de reaccionar de manera rápida y eficaz a los cambios constantes que se produzcan en el sector, logrando así satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores
- Se logra la hiperpersonalización del servicio o producto ofrecido -tendencia actual del sector- gracias a los datos de los consumidores recogidos
- Ofrecen una opción sencilla y cómoda de compra a través de plataformas de e-commerce
- Logran mejorar sensiblemente la experiencia cliente en la tienda física, que se mantiene como parte central del customer jorney. Estas experiencias serán clave para fidelizar a los clientes.
- Supone la reducción de costes al aumentar la agilidad y eficiencia operacional en la cadena de suministro
- Dotan a los negocios de una ventaja competitiva frente a sus competidores más directos
Inteligencia artificial, realidad virtual, Blockchain y Neuromarketing son algunas de las tecnologías utilizadas en el retail. Cada una de las tecnologías ofrece funcionalidades diferentes y tiene un coste y complejidad que las diferencia y que las dota de valor. Será necesario un análisis individualizado de cada negocio centrado en determinar sus necesidades, fortalezas y capacidades para seleccionar las tecnologías que mejor se adapten.
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