En el proceso de materialización de las ideas, sin embargo, no podemos pensar únicamente en financiación, producción, administración, gestión… Las ideas jamás llegarán a convertirse en realidad empresarial sin una adecuada comunicación.

La comunicación pone la música a la canción de las ideas. Saca al exterior y permite compartir los resultados. Permite vislumbrar los vértices y aportar nuevas ideas que hagan seguir creciendo a esas ideas, porque la comunicación jamás es unidireccional, sino que supone un flujo desde el emisor al receptor y viceversa, en el que ambas partes se retroalimentan.

La comunicación, por tanto, humaniza el proyecto empresarial y lo acerca a la sociedad a la que, en el fondo, tal proyecto pertenece.