Tener una idea única y tener una única idea
La idiosincrasia de empresas como Coca-Cola, Apple o Amazon parece remitirnos a que ha sido la idea única que ellas han manejado es la que ha llevado a su consolidación o su madurez. Sea el teléfono inteligente o la pausa que refresca, la idea única funciona más como imaginario empresarial que como realidad. Ni siquiera aquellas empresas que parecen haber tenido una sola idea de éxito, por grande que este haya sido, se han quedado tan sólo en esa idea.
Las ideas no se dan como objetos sino como procesos. Una idea es un elemento en desarrollo y depende de nuevas ideas para adquirir un poso. Sin el cambio constante del perfil de una idea, esta idea se consumirá en el infierno de lo ya conocido. Cuando la idea parecía el líquido burbujeante, resultó que su desarrollo tuvo que ver con los envases que lo contenían y que traducían el valor de ese líquido al lenguaje del entorno circundante.
Las ideas se ven acompañadas de otras ideas que las completan y las multiplican. Ese es su problema y su grandeza. Ellas han de reportarnos beneficios, pero también, sin duda, mucha inspiración.