Venimos hablando de la importancia de los proyectos de planificación estratégica en cualquier entidad – no sólo empresarial sino también en entidades públicas, asociaciones y organismos intermedios – como un proceso de análisis planificado de vital importancia para el devenir y la búsqueda del ansiado “éxito” y como herramienta que nos permite evaluar y medir el nivel de proximidad hacia un estado de certidumbre y seguridad de que nuestra actividad, acciones, e iniciativas van enfocadas y alineadas por el camino previsto y planificado.
En ese proceso de planificación estratégica, en su fase inicial de diagnóstico resulta valioso analizar el conjunto de factores externos –políticos, normativos, económicos, culturales, sociales, tecnológicos, medioambientales y de otra índole – que afectan, pueden afectar o afectarán a nuestra entidad teniendo en consideración nuestra experiencia y conocimiento, previsiones y tendencias externas, recurriendo en ocasiones a la contratación de “expertos sectoriales”, “gurús”, que nos brinden pinceladas maestras al lienzo futuro que vamos dibujando.
 
Pero ¿quién puede prever una situación como la que estamos viviendo desde hace unos días en nuestras empresas, con el feroz impacto que el Coronavirus está alcanzando? Sólo fuerzas divinas o un genio –Bill Gates lo fue y nos dejó ciertos brochazos de lo que es hoy ya una triste realidad (https://www.youtube.com/watch?v=6Af6b_wyiwI) – serían capaces de pronosticar y prever algún tipo de contexto como el actual.
Eso sí, no es momento de lamentarse o quedarse con los brazos cruzados y esperar a evaluar las consecuencias de esta nueva situación, es el momento de PENSAR, REFLEXIONAR, ORGANIZAR, REESTRUCTURAR, REPROGRAMAR, BUSCAR NUEVOS ENFOQUES; haciendo un guiño al deporte del baloncesto donde la táctica y la figura del entrenador resulta fundamental, el empresario y su equipo deben ser capaces de PIVOTAR lo suficiente para adaptarse a este entorno tan incierto, desconocido, angustioso y cambiante.
La estrategia una vez definida exige siempre de un proceso posterior, nada sencillo, de implantación y revisión permanente, de actualización y reformulación de algunos planes de acción inicialmente planificados, incorporación de nuevas iniciativas y análisis de nuevos elementos externos que nos desvían de ese camino recto inicialmente previsto.
Como dice la escritora y coach americana Jen S. “cuando damos un gran salto hacia delante, la vida suele convertirse en un infierno antes de convertirse en un paraíso”, trabajemos estos días para sentar las bases de nuestro paraíso cercano. Nadie dijo que fuera fácil.

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